ARIADNA ROMANS & FLORENCIA PAZ
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la red social @PayGapApp, que trabaja con datos públicos del gobierno sobre los sueldos informados por las propias empresas británicas, se volvió viral. A través de un bot, la cuenta señalaba la brecha salarial de género en las compañías que generaban contenido sobre el #8M.
Según una de sus fundadoras, Francesca Lawson, la repentina popularidad de la cuenta refleja la creciente demanda de transparencia de las personas por parte de las corporaciones que hacen campaña públicamente contra las desigualdades, pero que no lo reflejan en sus propios lugares de trabajo.
Hace tiempo que la ciudadanía pide cambios y reclama a las propias compañías que sean las impulsoras de tales transformaciones. Ya en 2018 el informe Edelman Earned Brand anunciaba que se confía cada vez más en el poder de las empresas que en el de los gobiernos para impulsar iniciativas que resuelvan los problemas sociales.
Si bien las empresas suelen definir su propósito partiendo de la búsqueda de beneficios económicos, es importante que incorporen valores sociales, éticos y medioambientales en sus estrategias corporativas para generar valor social. En este sentido, las empresas que quieran comprometerse a contribuir a una sociedad más justa y equitativa deben priorizar los aspectos relacionados con su cultura organizativa y su comunicación, tanto interna como externa. Ya no importa solamente lo que decimos o a quién damos apoyo, ahora el foco de la ciudadanía se ubica en lo que se está haciendo, en el sí de la gestión diaria de la corporación. Sin embargo, esta no es tarea fácil y son muchos los retos que las empresas, sus equipos directivos y personas trabajadoras pueden encontrar para desarrollar una estrategia a prueba de pinkwashing. Aquí compartimos algunas claves:
La igualdad como parte del propósito corporativo. La mejor forma de impulsar una estrategia corporativa alineada con ciertos valores es ponerlos en el centro de la ejecución. Por ello, el valor de la igualdad debe ser el punto de partida y uno de los ejes rectores que oriente las diferentes iniciativas de la corporación. Asegurar que todas las acciones tengan en cuenta la paridad, la igualdad salarial y la participación activa y representativa de las mujeres es un paso imprescindible para la correcta ejecución del resto de la acción corporativa.
Acceso de las mujeres a puestos de decisión. Una forma sencilla pero contundente en el compromiso de género de una compañía es la representación de perfiles diversos en los puestos de decisión. El liderazgo desde el ejemplo es, en la mayoría de los casos, una forma muy efectiva de mostrar, por un lado, el compromiso de la empresa con la igualdad y la diversidad y, por otro, una forma de incorporar distintas visiones en los puestos de mando. Además, hay estudios que confirman que fomentar la presencia de perfiles diversos, especialmente en lo relativo al género, tiene una relación directa con la mejora de competencias básicas como la innovación o la resiliencia en los equipos.
Capacitar en perspectivas de género a las trabajadoras y trabajadores de la empresa. Si bien es importante que el liderazgo se comprenda desde perfiles inclusivos, es necesario también formar a todas las personas para garantizar la conciencia de las discriminaciones que pueden sufrir algunos grupos y la importancia de modificar formas de trabajo para que sean más inclusivas. Ese tipo de formaciones permite crear nuevas dinámicas en los equipos con perspectiva de género. No se puede exigir a todo el mundo ser un experto/a en materia de género e inclusión, por lo que la capacitación es un elemento clave para impulsar una cultura organizativa inclusiva.
Eliminar la brecha salarial de género. La igualdad de condiciones es uno de los reclamos exigidos desde hace más tiempo. El primer paso para un trato igualitario es ofrecer las mismas condiciones laborales a todas las personas que conforman la empresa, según su talento y no según su género. Por ello, la igualdad salarial es un compromiso imprescindible para corporaciones comprometidas.
Potenciar el talento femenino. Son muchas las compañías que cuentan con departamentos o programas de promoción del talento femenino. Es importante que estas iniciativas internas se lleven adelante de manera efectiva y, en ese caso, que se promocionen, no solo para visibilizar al talento de la empresa, sino también para atraer nuevos perfiles.
Planes de igualdad. Estos planes ya son una obligación en muchos países europeos, pero es necesario que no queden solamente en palabras. Por ello, las empresas deben definir objetivos concretos, a poder ser calendarizados y que respondan a sus capacidades reales para asumirlos. Quizás es mejor comenzar paso a paso, con objetivos reales que puedan ir creciendo a medida que se alcanzan las metas.
Incorporar el uso de lenguaje inclusivo. La forma en que nos comunicamos dice mucho de nuestros valores. Si queremos avanzar en la igualdad, tenemos que cambiar también nuestro lenguaje. Ya es sabido que el uso del masculino universal produce imágenes mentales masculinas. Por eso, cuando la empresa comunica es importante que procure usar un lenguaje que sea inclusivo e igualitario. Hay numerosas guías y manuales que orientan en este sentido. Un recurso interesante es la Guía práctica para la comunicación incluyente del Gobierno de España.
Evitar estereotipos. Por cómo se ha organizado la sociedad hasta la fecha, tenemos muchos estereotipos y prejuicios incorporados que no siempre somos capaces de localizar. Por ello, las corporaciones deben hacer un esfuerzo por revisar sus comunicaciones y evitar cometer errores en la forma de referirse o identificar a grupos diversos de sus equipos y/o campañas.
Recopilar datos con perspectiva de género. Una buena forma de medir y contribuir no solo a la empresa sino también al sector es recopilar datos con perspectiva de género. Por ejemplo, impulsar investigaciones sobre la presencia femenina en los consejos de dirección o la brecha salarial de las empresas puede ser una forma útil de conocer los retos y oportunidades en la construcción de una espacio más igualitario. También, es importante medir las acciones que se llevan adelante en el sí de las organizaciones para saber si, efectivamente, se está contribuyendo a la igualdad.
Mujeres como referentes y fuentes de inspiración. Hasta la fecha, los líderes inspiradores o personas de éxito han sido, mayoritariamente, hombres. Poner en valor la tarea de mujeres que son inspiración para el sector o valorar la contribución de perfiles diversos a los equipos es relevante para impulsar un cambio de mentalidad y paradigma. Las mujeres constituyen más del 50% de la masa laboral, y su visibilidad no responde a esta realidad.
La ciudadanía pide a las empresas comprometidas dar un paso más. Las marcas deben implicarse y actuar de manera consecuente con su propósito y valores. Por ello, si se quiere contribuir a una sociedad más justa y equitativa, y ser más resilientes, incorporar la perspectiva de género es fundamental.
Autoras: Florencia Paz & Ariadna Romans (equipo ideograma)